Hola de nuevo a tod@s, acabamos de regresar del departamento de León, hemos vistado la antigüa capital de la Revolución, la cuna del gran poeta Rubén Dario. En estos dos días el ritmo ha sido fulminante, pues visitamos la ciudad, la casa de R. Dario, el museo de torturas y leyendas, una asociación que trabaja con jóvenes en un barrio desfavorecido de León, etc. Esta urbe es de caracter occidental, similar a una ciudad andaluza, salvando las diferencias, por el trazado de sus calles, los turistas (aunque no lo parezca, si hay turismo en Nicaragua), el calor seco...
El día de ayer fue muy intenso para todos, para que os hagais una idea, aqui parace que los días son muy largos porque comenzamos a funcionar casi todos los días a las siete de la mañana, asi que cuando llegan las doce del mediodía parece que es por la tarde, pero por la cantidad de actividades que realizamos, además el almuerzo normalmente lo hacemos sobre la una y a las tres a más tardar estamos en función, seguimos con la tarea hasta cenar cerca de las siete de la tarde, ahh y sin siesta!!, y dependiendo del día realizamos charlas coloquios, trabajamos en nuestro proyecto, actualizamos el blog, pasamos fotos al ordenador, uff que cansancio sólo de pensarlo.
Lo mejor de ayer sin duda alguna, fue cuando llegamos a la playa de Poneloya a dormir y decidimos darnos un baño en la playa por la noche, la sorpresa fue que al bañarnos había una especie de estrellas de mar muy pequeñas que flotaban en el agua y brillaban como luciérnagas, quedándose pegadas en el cuerpo y marcaban los movimientos de todos en la oscuridad de la noche, icreible!!
El día de hoy fuimos a un manglar impresionante donde tuvimos la gran suerte de avistar desde una barca motora la fauna tropical como cocodrilos, iguanas, aves.. Después del baño en el Pacífico llegamos a cenar a una berbena popular en el municipio de Masaya dónde degustamos comida típica a la vez de ver un espectáculo de bailes populares de Nicaragua.
Para concluir este día me quedo con la conversación que acabo de tener con Cornelio, seguridad del centro de Ticuantèpe, hombre de campo que vino a ganarse la vida a la capital porque la situación dónde él vivia era muy precaría, a todo esto debo añadir que Don Cornelio lleva un rifle bastante grande como medida de seguridad el cúal ya no me sorprende después de obsevar la vida del pueblo nica.
Un abrazo y gracias.